Pinche de cocina

Una de las tareas más importantes de nuestra pequeña gran familia los fines de semana que no tenemos compromisos "varios" es cocinar. Y si no fuera por nuestra cocina masiva del fin de semana y el congelador (uno de mis inventos favoritos) no podríamos comer medianamente en condiciones como lo hacemos durante el resto de la semana. En fin, que estamos empezando a incluirte en todas esas tareas familiares que no por ser necesaria y obligadas dejan de ser momentos de compartir y disfrutar. Disfrutas viendonos hacer y deshacer y solo quieres meterte entre nuestras piernas para ver en que estamos, así que este finde te pusimos a supervisar que los champiñones estaban bien limpitos, los que no parecía estarlo, mejor los tirabas al suelo para tener que volverlos a lavar y asegurarnos de que quedaran perfectos, y si a alguno le quedaba alguna motita sospechosa ahí estabas tú para encontrarla. Otra cosa no, pero seguro que vas a ser una buena gourmet ya que quieres probar todo lo que comemos los "mayores" y siempre a poquito y con la puntita de la lengua nada más no vaya a ser que no sea de tu agrado, como es el caso de la fruta. El viernes pasamos por el mercado y viste en el puesto de la verdura un buen montón de cerezas que decían: "CÓMEME", yo te dije: "Cristi no te van a gustar, si no te gusta la fruta", pero te empeñaste y hasta que no te di un poco a probar no te quedaste a gusto, pero como ya me temía no te gustó nada el sabor, así que muy delicada tu cogiste el trocito de prueba y me lo devolvíste con cara de "no son lo suficientemente sabrosas para mi delicado paladar"